Cómo hacer aceite de árnica

Cómo hacer aceite de árnica

Elaborar aceites con plantas medicinales es una forma estupenda de aprovechar las propiedades que estas últimas tienen para la salud y poder beneficiarse de ellas de una manera sencilla en casa. En esta ocasión, vamos a mostrarte los pasos a seguir para hacer aceite de árnica, y es que el uso de esta planta se ha popularizado debido a que es una gran desinflamante natural y ayuda a aliviar dolores musculares, favorece la circulación de la sangre, embellece enormemente la piel previniendo que envejezca de forma prematura, entre muchas otras cosas que puedes descubrir a lo largo de este artículo. Continúa leyendo para saber cómo preparar tus propios aceites naturales caseros.

Pasos a seguir:
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Para mantener las propiedades intactas de la planta árnica y poder beneficiarte de ellas, lo mejor es preparar el aceite siguiendo el proceso de la maceración. Este no es más que introducir una planta seca o fresca en un líquido con el fin de extraer todos sus principios activos, y para conseguirlo se tendrá que dejar reposar la mezcla durante un determinado periodo de tiempo, el cual puede ir desde horas hasta meses.

En este caso, para hacer el aceite de árnica en casa y utilizarlo posteriormente de manera efectiva, deberás reunir los siguientes ingredientes y materiales:

  • 100 gramos de flores secas de árnica.
  • un aceite vegetal, preferiblemente a elegir entre el aceite de oliva virgen extra, el aceite de almendras o el aceite de jojoba. Todos ellos cuentan con propiedades excelentes para desinflamar, mejorar y proteger la salud de la piel.
  • 1 bote de vidrio con tapa.

Hay quien utiliza la planta fresca para elaborar el aceite, pero nosotros te recomendamos que optes por las flores secas, ya que cuando son frescas contienen mucha agua y, al mezclarlas, pueden llegar a corromper el aceite.

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El bote que necesitas para conservar la mezcla puede ser transparente o de un vidrio un poco más oscuro, por ejemplo de un color ámbar, pues en este último se protegerán mucho más las propiedades beneficiosas de la árnica. En primer lugar, lo que debes hacer es esterilizar el bote de cristal y, para ello, únicamente tienes que introducirlo en una olla con agua hirviendo y dejarlo allí durante al menos unos 10 minutos. Con este sencillo paso, te asegurarás de que el aceite obtenido se mantenga en perfectas condiciones.

Cuando ya haya pasado el tiempo de esterilización, retira el bote de la olla con las manos completamente limpias y evita tocar su interior. Colócalo boca abajo sobre un papel de cocina para que se vaya secando.

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Ahora ya puedes empezar a hacer la mezcla para obtener el aceite de árnica. Agrega las flores secas de árnica en el bote y, poco a poco, ve vertiendo el aceite vegetal (de oliva, de almendras o de jojoba) que has elegido hasta que cubra por completo todas las flores. Continúa rellenando con el aceite hasta que veas que al menos ha quedado un dedo de aceite por encima de la árnica.

Coge un cuchillo y con la punta de este, remueve el contenido con cuidado para que ambos ingredientes se integren y el aceite impregne bien todas las flores. Por último, tapa el frasco con fuerza y agítalo enérgicamente para que todo acabe de mezclarse.

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Una vez cerrado el bote, deberás situarlo en un lugar que sea seco, en el que no hayan humedades ni los rayos del sol incidan directamente. Deja que el aceite de árnica macere en ese lugar durante unos 40 días, ya que este largo periodo de tiempo servirá para que todos los principios activos de la árnica queden impregnados en el aceite.

Para finalizar, cuando los 40 días hayan transcurrido, tan solo tendrás que filtrar la mezcla utilizando preferiblemente un filtro de algodón o una tela muy fina para que en el aceite final no queden restos de las flores. Vierte el aceite de árnica en otro bote de vidrio y procura guardarlo siempre en lugares secos y oscuros.

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El aceite de árnica es un aceite terapéutico muy empleado para favorecer el bienestar y la salud a muchos niveles, a continuación te mostramos para qué puede servirte concretamente y de qué forma puedes aprovechar todas sus propiedades. Eso sí, ten en cuenta que se trata de un aceite que únicamente podrás utilizar de forma tópica y que, en ningún caso, puede ser ingerido o consumido de otro modo.

  • Reduce la inflamación y las molestias que pueden provocar los golpes, las torceduras, las contracturas musculares, los hematomas, las agujetas, las piernas hinchadas, etc.
  • La sensación calmante de calor que produce puede ser aliviador para los dolores y las molestias producidos por enfermedades como la artritis o la artrosis.
  • Mejora la circulación de la sangre siempre y cuando se aplica sobre la piel realizando un masaje en dirección al corazón.
  • Es antibacteriano, por lo que puede ayudarte a tratar el acné de la piel.
  • Favorece el estado de la piel ayudando a su regeneración, y por esto es un excelente remedio natural para eliminar las estrías y disimular cicatrices.
  • Sus vitaminas y antioxidantes son excelentes para prevenir el envejecimiento de la piel y aportar hidratación a los tejidos de la dermis.
  • Permite reparar las raíces del cuero cabello.
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Las contraindicaciones del aceite de árnica y las precauciones que debes tener en cuenta antes de emplearlo son las siguientes:

  • No se debe aplicar sobre heridas abiertas.
  • No debe entrar en contacto directo con los ojos.
  • No es recomendable utilizarlo durante el embarazo o el periodo de lactancia.
  • Para evitar que cause una reacción alérgica, es importante empezar a usarlo en pequeñas cantidades sobre la piel y observar cómo actúa.
  • Nunca debe ingerirse.

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