Cómo hacer una limpieza facial para cutis graso

Lo primero que deberemos tener en cuenta a la hora de hacer una limpieza facial para cutis graso es que tenemos que contar con productos especiales para nuestro tipo de piel. Es decir, tanto el tónico como el jabón que usemos deberá estar pensado para las pieles con tendencias seborreicas ya que, así, conseguiremos atacar el problema desde el primer instante.

El primer paso para hacer esta limpieza de cutis consistirá en limpiar profundamente el rostro; para ello tendremos que usar un jabón especial para piel grasa o algún gel limpiador. Lavaremos nuestra piel con estos productos y, después, la secaremos cuidadosamente asegurándonos de que no queda ningún rastro de jabón en la cara.

Si quieres hacer tus propios jabones, te recomendamos leer este otro artículo de unComo en el que podrás saber cómo hacer jabón para la piel grasa.

Una vez ya tenemos la piel limpia de la suciedad e impurezas del día a día, lo siguiente es exfoliar el rostro para quitar todo lo que pueda haber en el interior del poro y que, si no se elimina, puede ser el inicio de un granito o una espinilla. Es muy importante hacer este paso para poder conseguir limpiar profundamente la dermis y evitar la aparición de irregularidades e imperfecciones pero, al tener la piel grasa, lo mejor es optar por exfoliantes adaptados a nuestras necesidades particulares.

Puedes comprar directamente en una tienda de cosméticos un exfoliante para tu tipo de piel pero, si prefieres hacerlo tú mismo en casa, debes saber que la base del mismo siempre deberá ser una fruta cítrica (kiwi, limón, naranja, etc.) ya que su ácido consigue absorber el exceso de sebo y, por tanto, reducir los brillos. En este otro artículo de unComo te damos algunas recetas de exfoliantes caseros para cutis graso.

Para poder hacer una limpieza facial para cutis graso lo siguiente es eliminar, realmente, cualquier resto de suciedad que no hayamos podido quitar con el jabón y la exfoliación. Para lograrlo tan solo existe una técnica: hacer vahos de vapor que ayudarán a abrir los poros y, por tanto, podremos eliminar puntos negros o suciedad mediante una ligera presión.

Para hacerlo tendremos que poner a hervir un poco de agua y, cuando esté lista, apagaremos el fuego y colocaremos el rostro cerca del vaho que se desprende del interior. Para conseguir concentrar mejor estos vapores te recomendamos que te coloques una toalla tras la cabeza y, así, evitarás que se escape. Deja que el vapor actúe durante unos 10 minutos y así verás cómo tus poros están abiertos y listos para ser limpiados de forma intensa.

Una vez tenemos los poros abiertos llega el momento de la limpieza, es decir, el momento de extraer todas las espinillas o puntos negros que veamos en nuestra piel. Para ello es importantísimo que tengamos las manos limpias pues, de lo contrario, sería totalmente contraproducente realizar esta limpieza. Con la yema de los dedos deberemos rodear el punto negro o poro en cuestión y presionar ligeramente hasta que veamos que de su interior brota la suciedad almacenada. Ve con cuidado, no te excedas demasiado presionando para no lastimarte, con suavidad terminará limpiándose completamente.

En cuanto detectes que aparece sangre en el poro, es el momento de dejar de apretar porque significará que el poro ya está limpio. Si quieres eliminar un granito que ya tiene pus, entonces deberás usar una gasa para evitar que la infección pueda contagiarse a otros poros ya que, en este momento, los tenemos completamente abiertos.

En unComo te contamos de forma detallada cómo quitar un grano con pus.

Cuando hayamos terminado con esta limpieza, llega el momento de cerrar el poro para, así, tenerlo limpio, desinfectado y que no esté abierto a nuevas infecciones. Para ello bastará con que te apliques un sérum especial para cerrar poros o un tónico que también esté pensado para esta función. Con este toque final, conseguimos que nuestra piel esté en perfectas condiciones, limpia, sin suciedad y prevenida a nuevas imperfecciones.

Después de la limpieza facial para cutis graso resultará imprescindible terminar nuestra sesión con una mascarilla especial para nuestro tipo de piel. Con ellas conseguiremos terminar de limpiar correctamente el rostro pero, además, reduciremos la presencia de sebo haciendo, así, que nuestra piel se vea mucho más homogénea, mate y unificada. A continuación vamos a ofrecerte dos recetas de máscaras faciales caseras que podrás preparar fácilmente en casa aunque, si lo prefieres, podrás acudir a un supermercado y hacerte con una que ya esté preparada.

Mascarilla pepino y limón

Ambos productos resultan astringentes y, por tanto, ayudarán a reducir la producción de grasa en la piel pero, además, el limón conseguirá blanquear cualquier rojez o marca de acné que pueda haber en tu rostro. Para elaborar esta mascarilla necesitarás:

• 1/2 pepino
• Zumo de 1 limón
• 1 clara de huevo

Deberemos mezclar los tres ingredientes, cortarlos y batirlos en una triturado o licuadora. Cuando veas que se ha quedado una pasta homogénea, es el momento de aplicar la mezcla sobre tu cutis y dejar que actúe unos 20 minutos. Retira, después, con abundante agua tibia y notarás la diferencia.

Mascarilla de kiwi y yogur

El kiwi es ideal para equilibrar la producción de sebo y, además, también actúa como un potente limpiador natural; por su parte, el yogur nos ayudará a hidratar en profundidad la dermis y aportarle la suavidad que necesita. Para hacer esta mascarilla necesitarás:

• 1 kiwi
• 2 cucharadas de yogur natural (no azucarado)

Trocea el kiwi y añádelo en un vado para licuar junto con el yogur, bátelo hasta que veas que consigues una mezcla homogénea y compacta. Entonces, aplícala sobre el rostro evitando zonas sensibles como el contorno de ojos y de labios; deja que actúe 20 minutos y enjuaga con abundante agua.

En este otro artículo de unComo te descubrimos más mascarillas caseras para el cutis graso.

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