Cómo hacer una mascarilla de miel y almendras

Cómo hacer una mascarilla de miel y almendras

La mezcla de miel y almendras nos hace pensar inmediatamente en los dulces y en algún postre especialmente sabroso, pero lo cierto es que la combinación de estos dos elementos no solo funciona muy bien a nivel gourmet sino también como poderoso aliado de belleza. Tanto la miel como las almendras tienen muchas propiedades favorecedoras para la piel y juntas funcionan como una estupenda mascarilla exfoliante. En unComo.com te explicamos cómo hacer una mascarilla de miel y almendras.

Pasos a seguir:
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¿Por qué es buena la miel? Existen muchas mascarillas caseras que parten de la miel como elemento principal, ya que los beneficios de la miel son muchos. Es un antibiótico natural, pero también tiene funciones hidratantes y desinfectantes, por ello es válida y muy buena tanto para pieles secas como para aquellas que sufren de acné.

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Las almendras tienen también muchas propiedades, como demuestran los beneficios del aceite de almendras. Ayuda a reducir la inflamación de la piel, pero también es un poderoso hidratante, lo que hace que sean muchos los trucos de belleza y productos cosméticos que emplean este ingrediente.

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La mascarilla de miel y almendras tiene propiedades exfoliantes y es muy hidratante. Esto último hace que sea especialmente recomendable para las pieles secas, aunque en realidad cualquier tipo de piel puede beneficiarse de esta mascarilla.

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Elige un recipiente para hacer la mezcla, añade una cucharada de miel y una cucharadita de almendras. Puedes utilizar almendra picada (no molida, porque si está convertida en polvo no tendrá las mismas propiedades exfoliantes) o unas almendras en su estado 'natural'. Si empleas almendras enteras tendrás antes que triturarlas, puedes ayudarte para ello de un mortero.

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Mezcla ambos ingredientes hasta obtener una pasta uniforme, algunas personas añaden una cucharadita de zumo de limón, pero con los dos ingredientes base es más que suficiente.

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Aplica sobre la piel del rostro previamente lavada. Cuando eches la mascarilla tu cara tendrá que estar limpia y seca. Puedes aplicarte la mascarilla con movimientos circulares, como haces habitualmente con las cremas exfoliantes, para conseguir los mejores resultados.

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Deja que la mascarilla actúe entre 10 y 20 minutos. Puedes medir en cada una de las aplicaciones los resultados con diferentes tiempos y así descubrirás la medida exacta que le funciona a tu piel. Una vez que pase ese tiempo, retira con agua entre caliente y tibia.

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